Los abuelos,la familia

Buenas tardes lectores:

Estoy trabajando en uno de esos días que estas de trabajo hasta las orejas y en mi caso cansada de facturas y correos de proveedores, y llega a mi mente un recuerdo que me trae nostalgia, mucha no se qué edad tendríamos porque en esta aventura mis hermanos también estaban.

Recuerdo un día en el que teníamos que ir con el ganado en mi pueblo y a ninguno nos hacia la mayor gracia y eso que después hacíamos de todo menos cuidar vacas, pero así éramos los tres justo 3 patas pa un banco.

No recuerdo el momento en el que me di cuenta pero siempre me fijaba que mis abuelos sean maternos o paternos eran como robles grandes, altos y nunca perdían sus hojas, pensé que los dendrita para siempre en mi vida.

 Los maternos Agustín era serio cuando tenia que serlo pero también cariñoso y agradable, muy guasón y simpático y con unos ojos azules que te decían tantas cosas sin abrir la boca. Dolores era para que mentir como yo, tarde mucho en darme cuenta decía las cosas como le salían sin paños calientes vamos, si te sentaba bien genial pero si no jodido estabas, era reservada y siempre a su vida, su huerto y su agua para regar no le faltaba nunca. Los que sois de pueblo me entenderéis, por otro lado están los abuelos paternos. Juan José un abuelo muy de contar historias de su juventud siempre te sorprendía con alguna, también recuerdo que cuando mis padres no estaban y hacíamos de las nuestras que era a menudo, solía decir se lo contare a tu padre y mi abuela Francisca igual, aunque a ella le funcionaba mejor la zapatilla voladora o la escoba que llegaba hasta lo inimaginable de lo larga que podía llegar a ser. Pero luego llegaban mis adres de trabajar y allí no había pasado nada todos callados, muchas veces he pensado que lo que pasa en casa de los abuelos se queda allí para siempre.

A mis 34 años puedo decir que he sido y soy la persona más afortunada del mundo por conocerles por lo que me han enseñado. Mis tres abuelos que ya no están, Agustín fue el golpe más duro que me lleve en la vida pues llore tanto que no recuerdo cuando pare, con Dolores igualmente pero tenía que estar entera por mi madre que tendría el corazón roto al perder a su madre por y si me pasaba algo, digamos que no supe llorar con la familia y por ello preferí hacerlo sola. Juan José  no me lo esperaba se fue, se despidió a su manera y fue inesperado tan inesperado que no sé en qué momento se paró el tiempo y no sé cómo seguir.

Empezamos el año con mucha ilusión pero se me apago enseguida, por suerte esta Francisca que aun que no se acuerde de su nieta, ella si de ella aun que este lejos la tengo muy presente todos los días hay un pensamiento para ella, y ojala este conmigo hasta que pueda no hasta que yo quiera porque es infinito y sé que no puede ser.

Por que escribo esto, porque la familia es el mejor regalo que tenemos y los abuelos el más preciado tesoro que nos regalan. Cuidarlos mucho, quererlos mucho.

Vuestra nieta Susana Rodríguez Baz